Autorización REACH: muchos beneficios a pesar de los importantes costes
Según el último estudio de la ECHA sobre el impacto socioeconómico de REACH, el coste para las empresas se estima en unos 2.5 millones de euros al año desde la entrada en vigor de REACH. Este coste es importante para las empresas, pero la autorización de REACH ha tenido muchos efectos positivos.
De hecho, el beneficio potencial para la salud humana y el medio ambiente es del orden de 100.000 millones de euros en 25-30 años. El coste para las empresas es probado e inmediato, mientras que los costes evitados son sólo supuestos y pueden verificarse con el tiempo.
Por ejemplo, la restricción del cromo VI ha evitado graves alergias cutáneas en 1,3 millones de personas en Europa, lo que representa no sólo atención médica sino también pérdidas de producción, que corresponden a un coste total evitado de 2.200 millones de euros al año, según el Consejo Económico, Social y Medioambiental.
Por lo tanto, es esencial que las empresas adopten un enfoque responsable y sean conscientes de los problemas que conlleva el uso a largo plazo de las sustancias químicas.
Hacia la eliminación de las sustancias preocupantes
El requisito de obtener una autorización, con las condiciones recomendadas por la ECHA, ha permitido a las empresas alejarse de ciertas sustancias altamente preocupantes (SVHC) para la salud humana y el medio ambiente.
De las 54 sustancias químicas cubiertas por la autorización, el uso de casi la mitad de ellas ha cesado completamente en Europa. Además, la revisión de las autorizaciones existentes mostró que, incluso en los casos en los que se siguieron utilizando sustancias, su uso se redujo en un 97% en términos de volumen.
El estudio de la ECHA sobre las repercusiones socioeconómicas de REACH también prevé un descenso de más del 90% en las emisiones de nonilfenoles y octilfenoles, los disruptores endocrinos, en los próximos 12 años.
En los casos en los que aún no es posible la sustitución, el estudio estima que el beneficio social de la autorización es casi 20 veces mayor que los riesgos para la salud. Los beneficios se definen aquí como la disponibilidad de productos y servicios y el mantenimiento de empresas y empleos en Europa. Todo esto sigue siendo un factor importante en la evaluación de las sustancias.
En virtud de REACH, la autorización de sustancias químicas peligrosas y la restricción de su comercialización son dos poderosos instrumentos para gestionar el riesgo químico. Para la ECHA, este proceso de autorización es esencial para garantizar la protección de la salud y el medio ambiente, y al mismo tiempo asegurar que las empresas sigan siendo competitivas.
El futuro de REACH
Desde su creación, el Reglamento REACH tiene como objetivo garantizar que el riesgo generado por las sustancias químicas esté bien controlado y que las más peligrosas sean sustituidas gradualmente por sustitutos que no sólo sean más seguros, sino también económica y técnicamente viables para las empresas. REACH afecta a empresas de muchos sectores, incluso a las que no están directamente afectadas por las sustancias químicas.
El estudio de la ECHA publicado este mes se basó en información de 2010 a 2020. 2010 marca el inicio del proceso de autorización de REACH. Los beneficios esperados de la Autorización REACH desde el inicio de su aplicación son los siguientes:
- Una mejora de la salud de los trabajadores y consumidores, así como la protección del medio ambiente.
- Un mejor conocimiento de las propiedades de las sustancias químicas.
- Mejor comunicación de la información en la cadena de suministro, lo que permite un uso más seguro de las sustancias.
- Restablecer la confianza en los productos químicos.
- Promover la innovación.
- Garantizar la libre circulación de sustancias en la Unión Europea.
La Comisión Europea ha constatado que las enfermedades causadas por la exposición a sustancias peligrosas siguen provocando la muerte de 100.000 trabajadores cada año. La ECHA ya ha anunciado que no quiere detenerse en esta evaluación positiva, sino que desea seguir mejorando.
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